Temblor

Título: Temblor Primera parte de Los lobos de Mercy Falls

Autora: Maggie Stiefvater

Puntuación total: 5/5

Calidad externa: 5/5
Personajes: 5/5
Amor: 5/5
Narración: 5/5
Argumento: 4/5
Diálogo: 5/5

Cuando el amor te hace temblar en otoño, es mejor que el invierno no llegue nunca: las primeras nevadas pueden arrebatarte a quien más deseas.
Hace años, Grace estuvo a punto de morir devorada por una manada de lobos. Inexplicablemente, uno de ellos, un lobo de intensos ojos amarillos, la salvó.

Edición magnífica, capítulos cortos, narradores geniales, escenas preciosas y dos personajes que endulzan sin llegar a empalagar.

Grace es una chica que se siente distinta a las demás, que tiene unos padres que son un poco desastre, que se hace el desayuno, la comida y la cena, que se ocupa de sus propios asuntos pero todo eso hace que se sienta, en cierto modo, vacía por dentro.

Sam es un hombre lobo y se está perdiendo a sí mismo. Siente que, poco a poco, lo que hay de hombre en él se le escapa entre los dedos como si no fuera más que volutas de humo. Está perdido, está solo y vacío.

Desde el libro nos miran dos encendidos ojos de color ámbar que nos pone de sobre aviso sobre lo que nos vamos a encontrar en su interior. Lobos, lobos distintos a esos que se convierten por la luz de la luna llena, lobos inteligentes, lobos que se mueven en manada…
Estos animales-hombres podrían ser el centro de la historia y lo serían de no tratarse de una historia de amor. De amor del bueno. De amor sentimental y cariñoson. Tan dulce como un algodón de azúcar, tan suave como el pelaje de mi gata…

Sam siempre ha estado pensando en Grace desde aquel día en que ella se encontró por primera vez con su manada, en aquel “incidente” y Grace siempre ha observado a Sam durante los meses de frío, ansiando el momento de verle desde lejos.

No creo que hubiera pensado más en ellas de no ser porque, con el rabillo del ojo, vi cómo una se recogía la melena, de un tono rubio oscuro, en una coleta. En sí, el gesto no tenía nada de particular, pero permitió que un aroma tenue se extendiese por el aire. Reconocí ese olor. Lo supe de inmediato.
Era ella. Tenía que serlo.

Pero ocurrirá algo que hará que esa distancia no sea suficiente para ellos, necesitarán observarse de cerca, reírse, hablar, tocarse, dormir juntos… todo lo que una pareja normal hace.

Sam es dulce, muy dulce, tuve ganas de abrazarle durante la mayor parte de la historia y Grace es una chica decidida, con las ideas claras sobre qué es lo que quiere, a su lobo.

Ya que en el centro de la historia está el amor de Sam y Grace, en la periferia nos encontramos con la historia de la manada, con la amenaza de que algo va tan mal que catapultará los hechos de la novela de una manera vertiginosa, echando a Sam en brazos de Grace.

Un alumno del instituto de Mercy Falls ha muerto, presuntamente asesinado por los lobos del bosque. Todo el pueblo se remueve contra ellos menos Grace que no puede permitir que les hagan nada pese a lo que le sucedió a ella en aquel columpio pero, obviamente, una niña no va a detener a una masa decidida a acabar con los grandiosos animalillos y comenzarán la caza.

Toda la historia se entremezclará, el amor, el terror a la vuelta atrás, el miedo al olvido, el frío, el calor contada de una forma tan amena que no he podido evitar simpatizar con los protagonistas e incluso los secundarios (algunos) se me hicieron muy amables.

Maggie (alias: apellido impronunciable para mí) Stiefvater nos regala la historia de amor más dulce de este momento. Prepárate un chocolate caliente, con nubes por encima, arrebújate en la cama y prepárate para disfrutar de Sam y Grace.

Hacía tiempo que quería una historia que me recordara que no todos los chicos que tienen una apariencia dura se quedan con la chica y Sam ha roto ese tópico que empezaba a aburrirme.


Si aún no lo has leído, deja que otros más profesionales te convenzan...