lunes, 2 de julio de 2012

El Relojero (II)

¡Hola a todos!

Hoy comienza la semana y quiero recuperar algo que dejé en "stand by" por culpa de los exámenes. Se trata del relato que comencé hace más de un mes y que estoy disfrutando bastante escribiéndolo.

Espero vuestros comentarios y sin más dilación:


Por si acaso es la primera vez que escucháis hablar de este relato, AQUÍ podéis leer la primera parte.

El Relojero

Desperté con un dolor insoportable en las sienes sin saber qué había ocurrido para sentirme así. Tenía el día anterior un poco nebuloso y cuando intenté fijar mis recuerdos, un latigazo me recorrió la frente.

—No te preocupes, ya se te pasará —escuché muy cerca de mí.

Pegué un bote y me incorporé en la cama, mirando hacia la silla de donde había salido la voz. Vislumbré a mi abuelo entre las tinieblas de mi habitación. Iba a preguntarle a qué se estaba refiriendo cuando un nuevo latigazo me obligó a guardar silencio.

Mi abuelo se levantó de la silla y caminó hacia mí, se apoyaba en un bastón para estar más seguro. Tenía el cabello de color plateado por la edad y la tez morena como toda mi familia, sus ojos eran de un azul cielo que en ocasiones se volvía traslúcido, lo que, cuando era pequeño, me daba miedo.

—Marco, ¿recuerdas algo de ayer? —me preguntó muy calmado.
Hice un gran esfuerzo para contestarle.
—Preferiría no hacerlo.
Mi abuelo se rio entre dientes y me palmeó en el hombro.
—¿Latigazos? —asentí a la pregunta de mi abuelo—. Lo recuerdo perfectamente, eran de lo más desagradables pero se acaban volviendo rutinarios —le miré intrigado y él se sentó en mi cama con gran trabajo.
—¿De qué estás hablando? —pregunté sin poder aguantar más.
—No lo sé, eso deberías decírmelo tú, que eres quien no recuerda lo que hiciste ayer.

Entrecerré los ojos dudando y pensé en lo que había hecho el día anterior. Recordaba perfectamente haber ido a casa de mi amigo Daniel y jugar a la consola durante horas… lo que ocurrió después estaba nublado.

Los ojos se me abrieron como platos, mis oídos escucharon una lluvia torrencial, mis pasos corriendo por el terreno mojado y recordé con total claridad unos ojos de color ámbar.

El latigazo que me recorrió entonces fue tan brutal que me arrancó un grito de la garganta. Mi abuelo me sujetó por los dos hombros para mantenerme enderezado mientras yo sentía una descarga eléctrica en mi cerebro ¿qué estaba ocurriendo?

Mi cabeza cayó sobre la almohada, estaba tan cansado como si hubiera corrido una maratón y sentí como mi abuelo me arropaba, para después abandonar la habitación con su bastón.
No sabía lo que estaba ocurriendo pero seguramente no sería nada bueno.


Cuando caí en mis sueños, éstos me recordaron lo que me costaba tanto trabajo: había salido corriendo de casa de Dani porque llegaba tarde a cenar. El pensar en la bronca que me iba a caer me hacía ir más rápido hasta que un movimiento atrajo mi atención y paré en seco mi carrera.

Miré a mi alrededor y no vi nada, pero algo me decía muy dentro de mí que me estaban observando. Me puse en guardia y mi ojo crítico lo contempló todo.

Recordé lo que mi padre siempre me decía cuando entrenábamos: si sientes que te miran, te están mirando, sólo tienes que mirar de forma diferente para descubrirlo.
Me giré bruscamente hacia la esquina que acababa de girar corriendo y la vi. Era una figura oscura, enfundada en un traje oscuro pero aunque apenas se viera sabía que era una chica. Quizás por el pelo largo o la forma que tenía de quedarse quieta con una gracia que sólo las mujeres tienen pero estaba seguro, era una chica.

Estaba a punto de preguntarle qué quería cuando me lanzó algo. Lo esquivé inconscientemente y miré hacia atrás para ver que era un cuchillo ritual, un ázame. En ese momento me di cuenta: estaba en grave peligro.

Casi como si el clima se hubiera puesto de acuerdo con la situación, empezó a llover torrencialmente y yo recordé lo que mi padre me había dicho en muchas ocasiones: cuando estés en peligro ante alguien que no conoces, corre.

El Relojero es un relato inédito y original de Marta Cruces Díaz, administradora de El Cuaderno de Ireth 2012

Tercera parte

3 comentarios:

Malabaricien dijo...

Como siempre, magnífico. Muchas gracias, la espera de esta segunda parte ha merecido al pena :)

Elena:) dijo...

Esperaré ansiosa la siguiente parte:)

Marta Cruces Díaz dijo...

Muchas gracias por los comentarios, la siguiente parte la colgaré la semana que viene, el lunes así que ya os enteraréis de lo que pasa ^^