viernes, 27 de julio de 2012

Zafiro de Kerstin Gier

Título: Zafiro Segunda parte de Trilogía de las piedras preciosas.
Autora: Kerstin Gier

Editorial: Editorial Montena
Palabras clave sobre el género: Juvenil, fantasía, viajes en el tiempo, amor, humor.

Puntuación total: 4/5
Edición: 3/5
Narración: 4/5
Diálogos: 4/5
Personajes: 4/5
Relaciones: 4/5

Cuando terminé de leer Rubí supe que no podía esperar para leer su continuación porque había sido un libro tan fresco y ameno que necesitaba saber lo que ocurría después de ese final TAN estupendo. El problema era una promesa que me había hecho: no comprar más libros hasta llegar a los veinticinco libros en mi reto del 2012, por lo que recurrí a una amiga para que me lo prestara.

Zafiro continúa la historia de las aventuras de Gwendolyn en el mismo punto que nos lo dejó Rubí: en un confesionario de iglesia con el corazón a mil por hora. A partir de este punto, si vais a leer la trilogía, tenéis que mentalizaros con la edad de Gwen, porque si no podéis sentiros decepcionados con su madurez. Pero es lo que tiene tener como protagonista y narradora a una chica adolescente que se enamora por primera vez.

La historia realmente avanza muy poco, son dos días en los que Gwen tendrá que empezar a investigar la verdad detrás de toda la logia con ayuda de alguien a quien tiene muchísimo cariño. La mayor parte de la novela estará ocupada con pensamientos de la protagonista acerca de lo que le ocurre a Gideon, y por las clases con dos insoportables maestros que, al menos yo, hubiera dado lo que fuera por pegarles una bofetada. Uno de estos dos maestros es Charlotte, quien en vez de hacerse a un lado, seguirá presente para enseñarle a Gwen todo lo que tiene que saber para no llamar la atención en el pasado.

Pero nuestra viajera del tiempo tendrá la ayuda de James, el fantasma del instituto que Gwen nos presentó en la primera parte, y que dará algunas pautas para que la chica no esté completamente perdida. Además contará con un personaje nuevo, Xemerius, un daimon gárgola que es una especie de espíritu que sólo Gwen ve (y soporta), que hace el papel de amigo irreverente y que dice lo que la protagonista no quiere escuchar.

El papel de los personajes en esta entrega es el mismo que el de las anteriores aunque hay que incluir dos adhesiones, la de Xemerius que ya os he hablado de él, y la de Raphael, el hermano pequeño de Gideon, que viene desde Francia a revolucionarlo todo un poco (sobre todo a Charlotte). Mi personaje preferido sigue siendo Gwendolyn, con quien me he reído mucho (sobre todo en la soirée), pero también he de decir que tengo muchísima curiosidad por lo que estuviera pensando Gideon a cada paso.

El estilo de Kerstin sigue siendo igual de fresco y desenfadado que en Rubí. Los diálogos son estupendos como en su predecesor. Aunque he de decir que juega mucho con nosotros con esos finales que deja, utiliza el prólogo y el epílogo para trasladarnos con otros personajes y sorprendernos.

Para terminar, deciros que me ha gustado pero que, de nuevo, peca de corto y deja con ganas de más. Cuando terminé Zafiro, me puse rápidamente con Esmeralda (cuyo título no me convence) cuya reseña os colgaré la semana que viene.

Cita:
Gideon me miró.
—Deberíamos recoger nuestras cosas —dijo finalmente—. Y deberías hacer algo urgente con tus cabellos; parece como si algún idiota se hubiera puesto a revolver en ellos con las dos manos y luego te hubiera tirado sobre un sofá... sea quien sea el que nos espere sabrá que dos y dos con cuatro...

2 comentarios:

Unknown dijo...

No he leído entera la reseña por no spoilearme. Últimamente ando harte de juvenil (aunque leyendo Laila Winter se me está pasando xD) y no me apetece leer algo así. De todos modos, con reseñas como la tuya me dieron ganas de leer esta trilogía cuando salió a la venta. Ahora hay una nueva edición, así que a ver qué tal. Es una pena que sea muy corto, pero se ve que en líneas generales está bien.
Beeeeeeeesos

Marta Cruces Díaz dijo...

Entiendo lo que quieres decir, @poy con lo de hartarse de un género. Por eso yo intento alternar no sólo entre géneros sino entre adulto y juvenil (que siempre viene bien cambiar por una narración completamente madura aunque haya veces que los adolescentes son más coherentes que los adultos).
Gracias por el comentario y sí, el rollo es que es corto >.<