viernes, 18 de diciembre de 2009

¿Es que eres tonto o qué?

[Relato ficticio escrito por una servidora rescatado de hace mucho tiempo, tiene cuatro años este relato xDD]

La vista desde allí era magnífica, lo único que ocupaba mi mente eran las luces de Navidad que estaban desperdigadas por toda mi ciudad. El vaho se acumulaba frente a mi boca pero hacía rato que había dejado de sentir el frío, de temblar.
Había subido al tejado sin pensármelo demasiado y no sabía cómo iba a bajar ya que el canalón estaba demasiado resbaladizo después de la tormenta que había caído.

Detrás de mí escuché un ruido y me giré sobresaltada. Vi una sombra irguiéndose en la oscuridad, limpiándose todo el barro que se había acumulado en su ropa. Mi cuerpo se puso instintivamente en tensión mientras pensaba en quién estaría tan loco como yo para subir al tejado en medio de una tormenta.

El recién llegado murmuró algo que no llegué a oír y me saludó con una mano, le devolví el gesto con mi mano ya dormida y esperé a que se acercara. Cuando estuvo a mi lado pude contemplarle el rostro.

- ¿Carlos? ¿Qué haces aquí? - pregunté en un hilo de voz.

Me maldije a mí misma, yo había subido a ese tejado con la finalidad de huir de él, de no verle y me había encontrado.

- Estaba buscándote así que pensé: ¿qué haría la persona más loca de este colegio? Así que subí al tejado y ¡mira! aquí estás.
- Pues ala, ya sabes dónde estoy, ahora puedes irte - le dije de golpe queriendo más que nunca estar sola.

Giré la cabeza de manera tan lenta que pude ver cómo fruncía el ceño. Sentí que se colocaba de rodillas a mi lado con su típica expresión seria, esa que utiliza cuando quiere decir algo importante.

- ¿Qué te pasa? - preguntó gravemente.

Gruñí y negué con la cabeza, no quería hablar con él de ese tema aún porque lo sentía demasiado reciente. Una cosa era que me hubiera rechazado pero otra muy distinta que me restregara el asunto delante de todos mis compañeros.

- ¿Es por lo de Rose? - no contesté. - Lara, por favor, ya eres mayorcita para hacerme el vacío ¿no crees?
- Sí, tienes razón, ya soy mayorcita pero en este momento me da igual.
- Creí que lo habíamos aclarado y que estábamos bien.
- No, Caleb, ¡no estamos bien! - un sollozo se me atascó en la garganta, impidiéndome hablar, Caleb me agarró de la mano cuando intenté secarme las lágrimas que resbalaban por mi mejilla. - Déjalo, vale, ya lo superaré pero ahora no puedo, aún no...

Hacía una semana le había pedido a Caleb que fuéramos juntos al baile, sin decirle exactamente que me gustaba pero, obviamente, quedaba implícito y él me había respondido que a los bailes no se iba con amigos. Él no había tardado en recuperar su forma de comportarse normal pero yo había sido incapaz de mirarle de nuevo a la cara aunque él me decía una y otra vez lo mismo: los bailes no son para ir con amigos...

Escuché que chasqueaba la lengua, molesto, aún con mi mano entre las suyas.

- Rose no me gusta - murmuró casi entre dientes.
- Eso no es lo que parecía - respondí secamente recordando cómo la había abrazado y besado ante mis atónitos ojos, sacudí la cabeza con un escalofrío. - Eso no es lo que parecía - repetí.

Se puso en pie repentinamente y tiró de mí hacia arriba.

- ¿Qué? - pregunté cuando me encontré entre sus brazos presa de un incontrolable temblor.
- ¿No es esto lo que querías? - preguntó en voz muy baja en uno de mis oídos.
- ¿Qué?
- Me pediste que fuera al baile de Navidad contigo ¿no? - me dijo, asentí porque era verdad. - Pues podemos bailar ¿no?
- Pero no era sólo el baile además, ¡estás loco! Estamos en un tejado, ¡si nos caemos, nos matamos!
- ¿Qué? - preguntó con voz perpleja.
- Pues eso, que estamos en un tercer piso, loco, nos podemos matar - repetí algo sorprendida de que no lo entendiera.
- No no, lo otro, lo del baile.
- ¿El qué? - pregunté nerviosa al notar la urgencia de su voz.

Sus ojos me miraban cómo si fuera la primera vez que me veían.

- Tú me dijiste que querías ir al baile conmigo.
- Sí, de pareja y tú me dijiste que no, que eso no es para ir con amigos.
- ¡Claro!
- Oye, déjalo ¿vale? Ya sé que no te gusto, tampoco hace falta volver a decírmelo - me di la vuelta, enfadada.
- ¡Pero no! ¡eso no era lo que yo quería decir! Yo te dije que no porque pensé que era entre amigos.
- ¿Es que eres tonto o qué? - pregunté ya histérica. - ¡Yo quería ir contigo porque me gustas! pero con lo tonto que eres ¡ya nada! - le dije fulminando con la mirada al vacío.

Escuché su risa, esa carcajada tan típica de él cuando está contento por algo, sentí que apretaba mi mano y la llevaba hasta su cuello, acercándome a él para después pasar su brazo por mi cintura, abrazándome. Le miré con el corazón desbocado y me fijé en su sonrisa, en su mirada.

Me tenía completamente hechizada.

- Par de locos - murmuró contra mis labios.
- Par de tontos - murmuré yo sin entender muy bien lo que ocurría.

2 comentarios:

♪Mariana *-° dijo...

aiii que lindoo!!!!!!!!!♥♥
que lindo, que lindo que lindo!!
aii♥
no words...it's perfect!

las mas grandes estupideces se hacen por amor♥ tonto enamorado! xd

extrañaba muchisisismo venir por aqui, pero estuvo en modo fantasma como por dos meses u.u

es toodo! Te mando un beso^^

Ladynere dijo...

xDDDD Completamente tontos, dí que sí, ains...