Primera tumba a la derecha de Darynda Jones

Título: Primera tumba a la derecha Primera parte de la Saga de Charley Davidson
Autora: Darynda Jones

Editorial: DeBolsillo
Palabras clave sobre el género: Adulto, urban fantasy, espíritus, erótico, acción

Puntuación total: 3/5
Edición: 2/5
Narración: 3/5
Diálogos: 3/5
Personajes: 3/5
Relaciones: 3/5

Hace muchísimo tiempo vi reseñada esta novela en alguno de los blogs que sigo con frecuencia, pero fue hace tanto que no recuerdo cuál fue en concreto para poder linkearlo en la reseña. La cuestión es que lo que decía la reseña me llamó la atención y decidí pedirlo por mi cumpleaños de este último año 2013, pero hasta ahora me ha estado esperando en la estantería.

Charlotte Jean Davidson, más conocida como Charley Davidson (sí, igual que las motos), es una chica de lo más especial. No solo porque sea una detective privada que colabora de vez en cuando con la policía, en casos muy difíciles, sino que es el ángel de la muerte. Cuando comienza la historia que nos va a contar su saga, ella ya es una mujer y tiene unos cuantos problemas entre manos.

Para empezar hay un ente que se encuentra con ella en unos sueños de lo más picantes que parece capaz de matarla simplemente usando el placer. Por otro lado su tío Bob, policía (igual que el padre de Charley antes de retirarse) con el que colabora desde que es una niña y que sabe su secreto, recurre a ella para resolver un crimen. En último lugar también tiene que ejercer su puesto de ángel de la muerte cuando un hombre, a quien apoda Tipo Muerto antes de conocer más sobre su identidad, acude a ella tras morir para que descubra la verdad detrás de su muerte.

Un caso de asesinato múltiple, tres abogados encargados del mismo caso que acuden a Charley tras morir para que investigue quién les quería muertos. Una novela de misterio, coqueteo con el más allá e hilarantes conversaciones. Ya desde el principio sabes que ni la protagonista ni la historia con la que va a tener que enfrentarse van a ser cosa de niños.

En cuanto a los personajes, el que está más redondo es ella, Charley, que nunca se muerde la lengua y que intentará conseguir sus objetivos por todos los medios posibles. Esto hace que ella se convierta en una diana gigante para los problemas, dando igual el motivo que sea. En el plano de los muertos están los abogados de los que ya os he hablado, que se introducirán en lo que supone ser un espíritu; Angel, un pícaro que ayuda a Charley con lo que necesita y que de vez en cuando se pasa por la casa de su madre para asegurarse de que todo le va bien, y los muertos habituales que giran en torno a la protagonista, ya sea en su casa o en cualquier otra parte. Como vivos están su padre y sus odiosas madrastra y hermanastra que siempre han intentado desacreditar a Charley cuando tenían ocasión; el tío Bob, un bonachón que ha subido muchos escalones gracias al poder de su sobrina, y Garrett, un compañero de la policía que me parece que dará mucho que hablar en las sucesivas continuaciones. Pero falta uno, alguien que no está ni en un plano, ni en el otro, si no que juega entre ambos y que no deja claro lo que ocurre con él. Él es sexy, tremendamente peligroso y misterioso hasta decir basta, pero no os diré el nombre, porque entonces supondría un gran spoiler, para saberlo tendréis que leerlo.

La escritura de Darynda Jones me sorprendió bastante durante el libro, pasa de un registro cómico a uno extremadamente caliente en una página. Mueve a la protagonista como si la conociera más que ella misma y la historia consigue atraparte por la forma en la que está narrada en primera persona, con la característica voz de Charley.

Aunque se trate de un primer volumen de una saga, creo que tiene un argumento que funciona por sí solo, aunque abre muchos interrogantes, así que no se puede decir que sea un volumen meramente introductorio, pero sí que te deja con ganas de más. Se lo recomiendo a los que disfrutan de las historias paranormales de misterio con una protagonista de armas tomar y con una carga erótica bastante importante.

Cita:

Garrett permaneció en silencio. Seguramente se estaría preguntando qué estaba tramando, cómo podía saber algo así si no era posible que viera a los muertos y, por lo tanto, no era posible que los muertos me dijeran que estaban muertos. Para él, todo aquello era una ridiculez.