Título: Emma
Autora: Jane Austen
Editorial: Cátedra
Palabras clave sobre el género: Época, humor, amistad, familia, amor
Puntuación total: 4/5
Edición: 3/5
Narración: 4/5
Diálogos: 4/5
Personajes: 4/5
Relaciones: 4/5
Autora: Jane Austen
Editorial: Cátedra
Palabras clave sobre el género: Época, humor, amistad, familia, amor
Puntuación total: 4/5
Edición: 3/5
Narración: 4/5
Diálogos: 4/5
Personajes: 4/5
Relaciones: 4/5
Llevo desde 2013 con el reto personal de leer las seis novelas de Jane Austen, una propuesta que quiero cumplir este mismo año y del que Emma es la cuarta que leo. Está siendo todo un descubrimiento la pluma de esta autora de finales del XVIII quien, más allá de ser considerada generalmente como alguien que no es, escribe con una sinceridad arrolladora y una mentalidad tan moderna que asusta.
Emma Woodhouse goza de una distinción y una clase de la que se sabe poseedora, es consciente de su personalidad atrayente y de un ingenio afilado. Desde siempre ha tenido muy claro cuál es su lugar y cuáles son las personas de las que debe rodearse. Su padre, un hombre de lo más especial, se hizo cargo de Isabella y de ella, después de que la madre de ambas falleciera. La acción de la novela comienza cuando la señorita Taylor, la institutriz que ha acompañado a Emma en todo lo que su difunta madre no pudo, contrae matrimonio con el señor Weston. Esta situación es el generador de otras muchas que se sucederán a lo largo de la novela. Para adelantaros una, Emma se considera la artífice de aquel matrimonio, no en el sentido de ser una casamentera, si no por haberlo pensado y urdido en su mente.
Para entendernos mejor, la novela, aunque hable de amor, no me parece en absoluto una novela romántica. Más bien me parece cómica y familiar. El cómo los personajes caen en errores propiciados por otros para después salir de ellos de la forma más airada posible. Para ello, Jane Austen se vale de sucesos dramáticos que derivan en momentos divertidos y en reflexiones de un valor incalculable que son mucho más modernos de lo que la época debería evocar.
Como he dicho antes, en esta novela priman los personajes y sus comportamientos. Cada uno de ellos tiene una personalidad propia y una forma de expresarse diferente. A la cabeza (como a ella le gusta) se encuentra Emma, una jovencita talentosa y que al principio (he de reconocer) me colmó bastante la paciencia. Creo que es la protagonista de Austen con la que menos empatía he sentido, pero como personaje me parece un diez en todos los sentidos. En contraposición con el resto de protagonistas suyas que ya he conocido, Emma no siente la necesidad de tener una pasión amorosa en la vida. El señor Knightley, por otro lado, es un amigo de la familia Woodhouse y hermano del marido de Isabella, que es el único que se atreve a contravenir los planes de Emma. No puedo dejar pasar la oportunidad de hablaros del señor Woodhouse, el padre de la protagonista, cuya personalidad no podría ser más hipocondríaca. Un hombre al que cualquier situación le parece que va a ser perjudicial para la salud, este punto es el generador de muchas situaciones hilarantes en la que los personajes se contradicen. Sobre todo si el señor Perry sale a colación.
Otros dos personajes fundamentales son la señorita Harriet Smith, la amiguita que Emma acoge bajo su manto protector y a quien intenta dar una vida mejor de lo que le espera. Su personalidad voluble se complementa a la perfección con la manipuladora de su mejor amiga. Por otro lado tenemos a Frank Churchill, un personaje zalamero y que desde el principio no me cuadraba de ninguna manera. Sí que es verdad que gracias a él me he reído bastante y que hizo la lectura más amena. Para terminar este apartado, me gustaría tratar la dualidad que se da entre la señorita Bates y Jane Fairfax. Ambas conviven juntas y no podrían ser más diferentes, recuerdo que hay intervenciones de la primera que pueden durar unas tres páginas, mientras que la segunda apenas dice palabra alguna. Una es el ejemplo de lo que una señorita no debería ser ni decir y la otra es el espejo de la elegancia. Como la noche y el día.
Ya he dicho en varias ocasiones que leer a Austen está suponiendo un completo cambio a la concepción que tenía de su literatura. El amor es un tema que trata de formas y perspectivas muy diferentes entre sí, en Emma habla del amor equivocado, de los errores a los que el enamoramiento nos lleva. Creo que la voz de esta protagonista es una que encaja con la de la escritora, la de una mujer que se sabe inteligente y que no quiere depender de un hombre ni dejarle pasar por encima de sí misma. Me ha encantado, como siempre, el sentido del humor tan crítico y los personajes tan caricaturescos. Conseguía sacarme de quicio cuando quería y me mantenía sin respiración cuando algo malo estaba a punto de suceder. Los diálogos se funden con la narración y el ritmo de la historia se te impregna sin que tú te hayas dado cuenta.
Para terminar os diré que, aunque no haya sido mi novela preferida hasta el momento, he disfrutado muchísimo de esta faceta de la autora, una nueva pincelada a la habilidad de Jane Austen como autora. Recomiendo Emma siempre que ya estéis habituados a la narración porque reconozco que puede ser una novela árida si no se toma con tranquilidad.
Cita:
Emma Woodhouse goza de una distinción y una clase de la que se sabe poseedora, es consciente de su personalidad atrayente y de un ingenio afilado. Desde siempre ha tenido muy claro cuál es su lugar y cuáles son las personas de las que debe rodearse. Su padre, un hombre de lo más especial, se hizo cargo de Isabella y de ella, después de que la madre de ambas falleciera. La acción de la novela comienza cuando la señorita Taylor, la institutriz que ha acompañado a Emma en todo lo que su difunta madre no pudo, contrae matrimonio con el señor Weston. Esta situación es el generador de otras muchas que se sucederán a lo largo de la novela. Para adelantaros una, Emma se considera la artífice de aquel matrimonio, no en el sentido de ser una casamentera, si no por haberlo pensado y urdido en su mente.
Para entendernos mejor, la novela, aunque hable de amor, no me parece en absoluto una novela romántica. Más bien me parece cómica y familiar. El cómo los personajes caen en errores propiciados por otros para después salir de ellos de la forma más airada posible. Para ello, Jane Austen se vale de sucesos dramáticos que derivan en momentos divertidos y en reflexiones de un valor incalculable que son mucho más modernos de lo que la época debería evocar.
Como he dicho antes, en esta novela priman los personajes y sus comportamientos. Cada uno de ellos tiene una personalidad propia y una forma de expresarse diferente. A la cabeza (como a ella le gusta) se encuentra Emma, una jovencita talentosa y que al principio (he de reconocer) me colmó bastante la paciencia. Creo que es la protagonista de Austen con la que menos empatía he sentido, pero como personaje me parece un diez en todos los sentidos. En contraposición con el resto de protagonistas suyas que ya he conocido, Emma no siente la necesidad de tener una pasión amorosa en la vida. El señor Knightley, por otro lado, es un amigo de la familia Woodhouse y hermano del marido de Isabella, que es el único que se atreve a contravenir los planes de Emma. No puedo dejar pasar la oportunidad de hablaros del señor Woodhouse, el padre de la protagonista, cuya personalidad no podría ser más hipocondríaca. Un hombre al que cualquier situación le parece que va a ser perjudicial para la salud, este punto es el generador de muchas situaciones hilarantes en la que los personajes se contradicen. Sobre todo si el señor Perry sale a colación.
Otros dos personajes fundamentales son la señorita Harriet Smith, la amiguita que Emma acoge bajo su manto protector y a quien intenta dar una vida mejor de lo que le espera. Su personalidad voluble se complementa a la perfección con la manipuladora de su mejor amiga. Por otro lado tenemos a Frank Churchill, un personaje zalamero y que desde el principio no me cuadraba de ninguna manera. Sí que es verdad que gracias a él me he reído bastante y que hizo la lectura más amena. Para terminar este apartado, me gustaría tratar la dualidad que se da entre la señorita Bates y Jane Fairfax. Ambas conviven juntas y no podrían ser más diferentes, recuerdo que hay intervenciones de la primera que pueden durar unas tres páginas, mientras que la segunda apenas dice palabra alguna. Una es el ejemplo de lo que una señorita no debería ser ni decir y la otra es el espejo de la elegancia. Como la noche y el día.
Ya he dicho en varias ocasiones que leer a Austen está suponiendo un completo cambio a la concepción que tenía de su literatura. El amor es un tema que trata de formas y perspectivas muy diferentes entre sí, en Emma habla del amor equivocado, de los errores a los que el enamoramiento nos lleva. Creo que la voz de esta protagonista es una que encaja con la de la escritora, la de una mujer que se sabe inteligente y que no quiere depender de un hombre ni dejarle pasar por encima de sí misma. Me ha encantado, como siempre, el sentido del humor tan crítico y los personajes tan caricaturescos. Conseguía sacarme de quicio cuando quería y me mantenía sin respiración cuando algo malo estaba a punto de suceder. Los diálogos se funden con la narración y el ritmo de la historia se te impregna sin que tú te hayas dado cuenta.
Para terminar os diré que, aunque no haya sido mi novela preferida hasta el momento, he disfrutado muchísimo de esta faceta de la autora, una nueva pincelada a la habilidad de Jane Austen como autora. Recomiendo Emma siempre que ya estéis habituados a la narración porque reconozco que puede ser una novela árida si no se toma con tranquilidad.
Cita:
Hay personas que mientras más se haga por ellos, menos harán por sí mismos.
1 comentario:
Lo tengo pendiente!
Probablemente lo lea en breves =)
Besotes
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