Santos Inocentes

Cito de la Wikipedia:

El Día de los Santos Inocentes es la conmemoración de un episodio histórico o hagiográfico del cristianismo: la matanza de todos los niños menores de dos años nacidos en Belén (Judea), ordenada por el rey Herodes con el fin de deshacerse del recién nacido Jesús de Nazaret.

Y nosotros haciendo bromas... La verdad es que cada vez somos más cínicos.

Mis tres ladrones preferidos se reúnen en un minirelato para hacerse perrerías en este día que a algunos les hace tanta gracia.

Duncan se levantó corriendo para alcanzar la puerta antes que su hermano mayor, ambos se miraron antes de que el pequeño girara el picaporte. Nai se asomó con algo de duda en los ojos y después se quedó parado junto a los dos hermanos, que cerraron la puerta.
- ¿Qué ocurre? Parece que el ambiente se puede cortar con unas tijeras - señaló el moreno entre divertido y preocupado.
- Nada - contestaron ambos al unísono.
- Sí, seguro - Nai hizo una pausa. - Venga, ahora en serio. ¿Qué pasa?
- Que hoy es el día de los Inocentes - soltó Duncan mordazmente.
- ¿Y? - preguntó el muchacho algo confuso.
- Que mi hermano parece que tiene para largo - dijo el menor mirando al otro con los ojos entornados.
- ¡Pero no tanto como tú! - reprendió.
Ambos guardaron silencio un instante, evaluando sus palabras con cuidado.
- ¿Yo? ¿Bromeas? ¡Este año yo no he hecho nada! - decían los dos.
Nai comenzó a reírse estrepitosamente ante los ojos atónitos de sus amigos.
- ¿Entonces la trampa en la puerta de entrada? - preguntó Duncan.
- ¿Y el cubo en mi cuarto? - quiso saber Rein.
Duncan miró a su mejor amigo.
- No, no puede ser - susurró.
Julián asintió mientras continuaba riéndose.
- Por supuesto que sí.