Yin yang II

El otro día hablé del argumento, más o menos, presenté la historia más bien y hoy quiero hablar de los personajes, mejor dicho hablaré de uno que no deja de darme vueltas en la cabeza como un torbellino.

Su nombre de pila fue lo primero que tuve claro de la historia, tenía que ser un estudiante americano que venía a España de intercambio y su estancia aquí le cambiaba completa y radicalmente la vida. Se llama Josh y su apellido es Hunter. La razón de este apellido es algo curiosa, quería que ese apellido convinara con la personalidad del personaje y Hunter me vino a la mente, estaba hecho a su medida y se lo puse, lo anoté en mi libreta.

Con el nombre puesto comencé a forjar su historia, desde su nacimiento hasta los sucesos de la novela. Lo cual quiere decir que me creé casi de la nada dieciséis años de anécdotas, amigos, conocidos... todo por tener claro cada detalle de Josh porque desde la primera vez que pensé en él, con aquel sueño, supe que todo iba más allá que la muerte de la chica que quería.

Todo lo que he escrito sobre Josh antes de los sucesos de la novela está en formato de diario, la primera vez que hago esto. Será porque después de escribir Sueños me he dado cuenta de que la primera persona no es tan difícil como pensaba aunque espero utilizarla lo menos posible. Dónde esté el narrador omnisciente en tercera persona... que se quite lo bailado.

La verdad es que si ahora alguien me preguntara directamente quién es Josh Hunter yo le respondería que un chico cuya vida se vio truncada en más de una ocasión pero que gracias a su astucia y talento hizo todo lo que pudo en cualquier momento.

Ese es mi Josh Hunter... espero seguir pensando igual de él cuando termine la historia.