domingo, 1 de noviembre de 2009

Inmunizada

- Relato corto ficticio -
Pensaba que no iba a sentirlo de nuevo, que cuando te viera podría acercarme como me acerco a todos los demás, darte dos besos y seguir a lo que estaba haciendo pero no, me equivocaba, como siempre me pasa contigo.

Recuerdo cómo entraste el otro día, yo estaba sentada en una banqueta alta, quejándome de lo coja que estaba. Entonces miré un momento la puerta y ya la habías traspasado, llevabas un jersey que nunca antes te había visto y te quedaba bien. Mis ojos parpadearon repetidas veces como si estuvieran contemplando un fantasma, pero no eras un fantasma, eras tú, dispuesto a pisotear todos mis progresos. El corazón me dio un vuelco.

Me río al pensar que en ese momento yo estaba muy concienciada de que no iba a sentir nada cuando te viera, ignorando el latido rápido de mi corazón y el copioso sudor de mis pequeñas manos que habían comenzado a temblar, a la vez que el resto de mi cuerpo.

Recompuse mi sonrisa rota lo más rápido que pude y me acerqué a darte dos besos y a preguntarte como estabas. Me agarraste de la cintura, suavemente, un gesto apenas perceptible pero que a mí me provocó un estremecimiento.

Cerré un momento los ojos, tratando calmarme y me separé de ti, odiaba no poder controlarme cuando estabas cerca. No me gustaba tener ganas todo el rato de estar abrazándote, besándote, sonriéndote sólo a ti... Detestaba la sensación que me sobrevenía en esos momentos, era como si nada más existiera cuando tú aparecías.

El problema está en que mientras todo desaparece para mí, tú lo tienes todo muy controlado. Para ti, todo está en su sitio: el bar de siempre, la gente de siempre y tú vienes con tu novia.

Y yo que pensaba que me había inmunizado. Sí, me había inmunizado para no sentir nada mientras tú no estuvieras, había conseguido dejar de pensar en ti pero con tu aparición me lo habías destrozado todo como si fuera un vaso de cristal.

Ahora estoy hecha añicos y no tengo ninguna intención de recomponerme.

10 comentarios:

Aineric dijo...

Tranquila, eso nos ha pasado a otras. Sí, cómo duele, pero, con un poco de tiempo lo superarás, créeme, aunque ahora te parezca imposible, Ánimo!! ^^

Marta Cruces Díaz dijo...

Oh... ¿por qué no lo habré aclarado?
Es un relato corto ficticio, no está basado en hechos reales ni nada parecido así que, perdón y gracias por los ánimos aunque ahora no son necesarios jajajaja

Marta Cruces Díaz dijo...

La verdad es que en un pasado sí que pude experimentar algo parecido pero no igual.
De todas maneras ante todo es algo ficticio en este momento.

Iraya Martín dijo...

¿Y quién no ha pasado por algo semejante? Creo que muchos de nosotros podríamos reconocer algo de nuestras propias historias en tu pequeño relato.

Marta Cruces Díaz dijo...

Completamente de acuerdo, Elwen :) Muchas gracias por pasarte y sobre todo comentar

♪Mariana *-° dijo...

snif, que bonito y que triste.
Me declaro fan de tus escritos, te dan animos porque lo escribes tan real, que es dificil no creer que de verdad paso.
No, en el amor nadie queda inmune, por mas que se quiera.

Saludos!♥

Missbook asg dijo...

me trae recuerdos leer los tuyos. creo q hemss pasado cosas asi.

es dificil abstenerce de vivir esas cosas.
creo q yo no soy inmune

Marta Cruces Díaz dijo...

Mariana, muchas gracias, me vas a sacar los colores ^^ Me alegra que digas que mi forma de describir te agrada, espero que siga así mucho tiempo :)

Missbook asg, creo que ninguno somos inmunes del todo ;)

Ladynere dijo...

Zas, si es que no somos inmunes, aunque a veces lo queramos/necesitemos.
Pero, si fuéramos inmunes, qué aburrido sería todo, ains.

...
;)

ConfidentLinarola dijo...

Porque siempre me haces esto?? porque siempre me haces esto?? jaja me reia mientras mis lagrimas querian salir sin permiso jaja...

lo recuerdo como si hubiese sido ayer.... te diria que esta igualito a como se siente, pero ai cosas q no se pueden describir, sin embargo te acercaste tanto tanto tanto, demasiado!!! buen relato, felicidades que sea ficticion, i a seguir escribiendo...

ai cosas q extrañamente recordar causa risa y el recuerdo cierta incomodidad en el alma.