Feliz Navidad

La calle estaba completamente sumida en una oscuridad incómoda, palpable y que impedía que vieran más allá de sus narices. Había cuatro individuos tirados en el suelo como trapos sucios, completamente inconscientes, el primero el abrir los ojos sintió un dolor agudo en la cabeza.

Recordaba tenuemente la cara de un chico de ojos negros golpeándole en plena frente, normal que le doliera la cabeza de ese modo... masculló mientras se incorporaba y su pie rozó un bulto que tenía al lado, bueno, no era un bulto, era una persona, un chico que tenía más o menos su edad y era rubio con la tez tan pálida que parecía estar muerto.

Preso del pánico y sin saber muy bien que hacer le zarandeó diciéndole que se despertara. El chico rubio entreabrió los ojos aún completamente dormido y cuando logró enfocar la cara del desconocido que tenía ante él, despertándole en un lugar que no alcanzaba a reconocer su rostro se contorsionó en una mueca de terror.

Se zafó de los brazos que le zarandeaban y se puso en pie de un salto, tambaleándose durante un instante antes de mover sus manos. Con ese gesto el otro se quedó completamente congelado, era incapaz de moverse. En los labios del rubio apareció una sonrisa satisfecha.

- ¿Quién eres? - preguntó el rubio entre dientes.
- Me llamo Gorka ¿y tú? - quiso saber aún sabiendo lo absurda que era la situación.

El rubio pareció contrariado con aquella pregunta pero intentó disimularlo con un carraspeo.

- Soy Emmerick.
- Y yo Kraze Moon ¡y ya estoy harto de viajar entre mundos!

Emmerick dio un salto de sorpresa y Gorka lo hubiera hecho de no haber estado apresado por el otro muchacho. Entre la niebla que se había acomodado en la calle pudieron ver a un chico bastante más alto que ellos, con el cabello de color paja y los ojos amarillos, su piel estaba cetrina tanto que daba la sensación de estar a punto de caerse.

Emmerick chasqueó la lengua y liberó una de sus manos para apresar al recién llegado entre sus redes marionetistas pero Kraze hizo un gesto seco provocando la caída del otro y la liberación de Gorka que se miró a sí mismo y caminó un poco, feliz por ser de nuevo el dueño de sus movimientos.

- ¿Quién demonios eres tú? ¿Tienes telekinesia? - preguntó Emmerick confuso.
- A mí me parece que demonio no es la palabra adecuada, Kraze se acerca más al otro lado de los seres sobrenaturales... - explicó un chico de no más de quince años con el cabello blanco y los ojos rojos.
- ¿Estás insinuando que es un GM? - preguntó Gorka con los ojos brillantes.

Los tres chicos se volvieron hacia él, interrogantes. Gorka movió los brazos con énfasis, como si fuera obvio lo que él decía.

- ¿Es que no jugáis al WoW? - preguntó rindiéndose ante la completa ignorancia de sus compañeros.
- ¿Ese juego de fantasía on-line? - preguntó Emmerick con un ligero deje de desprecio.
- ¡Juego de fantasía on-line! ¡Vas a definirlo así y te vas a quedar tan pancho! - exclamaba Gorka. - Eres... eres... ¡peor que Norek! - espetó y se llevó la mano a la boca como si hubiera dicho el peor insulto que existía en el mundo.

Kraze y el chico de cabello blanco les observaban con los ojos como platos mientras Emmerick tenía los ojos entornados y hacía que sus dedos crujieran en el silencio de la noche.

- Emmerick, quieto - escucharon justo detrás de ellos.

El rubio, lejos de calmarse por esa voz se giró hacia allí completamente tenso, igual que los demás. Gorka vio de nuevo esos ojos negros que recordaba antes de caer inconsciente.

- ¡Eh! ¡Tú eres el que me ha dado en la cabeza! - reconoció Gorka.

El recién llegado sonrió y se encogió de hombros. Tenía el cabello teñido de azul eléctrico y sus ojos negros se notaba que eran lentillas. Kraze se acercó a él con paso seguro.

- ¿Quién eres? - preguntó. - Recuerdo haberte visto antes de dormir.
- Soy Hades y vengo de compras - mostró las dos bolsas que traía en las manos. - Así que ayudarme - descargó el peso en Kraze y echó a andar a una puerta algo destartalada.

En cuanto la puerta se abrió de par en par, Hades se echó a un lado y un montón de confeti se descargó sobre los otros cuatro chicos que pusieron cara de pocos amigos menos Gorka que empezó a reírse al tiempo que señalaba al chico con el pelo blanco.

- ¡Pareces un árbol de Navidad! - exclamó entre carcajadas.

Hades abrió los ojos con urgencia y agarró a Gorka, tirando de él para que entrara en la casa de una vez.

- No te recomendaría meterte con Halo, puede destriparte con sólo leer tu nombre en su idioma.

Gorka se puso pálido.

- ¿En serio? - Hades asintió, serio por primera vez en toda la noche. - ¿Qué es ese chico? - preguntó con curiosidad.
- Un viajero entre mundos, nadie sabe con seguridad de dónde viene pero siempre se estaba moviendo de aquí para allá hasta que...
- ¡Eh! ¿Qué te crees que estás haciendo? ¡No puedes ir por ahí soltando spoilers de mis otras historias! - decía una voz proveniente del pasillo.

Todos estiraron el cuello para ver mejor y se encontraron con una chica morena de ojos azules que les miró con ternura y orgullo antes de echarse a reír.

- ¿Qué? - preguntó Kraze sintiéndose herido.
- Estáis llenos de confeti - Hades coreó la risa de la chica antes de ponerse completamente seria. - Bueno, ahora ya estáis los cinco aquí así que ya podemos empezar ¿no?

Halo parpadeó confuso un par de veces antes de caminar, mejor dicho levitar hasta ella y quedarse muy cerca de su rostro.

- ¿Qué pasa? - preguntó Gorka sintiéndose de nuevo muy tenso por la cercanía de ese chico a la recién llegada.
- ¿Eres Marta? - preguntó Halo.

La chica asintió con los ojos brillantes un segundo para después suspirar largamente y mirar a los que eran de sus últimas creaciones, los elegidos para...

- Ala, ¡a felicitar la navidad a todo el mundo!
- ¡Qué! - exclamaron los cuatro.
- Este año nos toca a los cinco felicitar la Navidad y el Año Nuevo.
- ¿A quién? - quiso saber Emmerick.
- No sé... - Hades se encogió de hombros y miró a Marta. - Preguntarle a ella.
- Aquí no cuestionéis, ¡poneros los gorros y felicitar! - dejó claro la chica poniendo los ojos en blanco.
- ¿Gorros? - preguntó Gorka enarcando una ceja.

Hades sonrió y señaló las bolsas que sujetaba Kraze aún, el susodicho miró dentro y extrajo un gorro rojo acabado en una borla blanca. Todos oyeron como Gorka exclamaba ¡Papá Noel! pero nadie le hizo caso puesto que estaban rojos de la vergüenza al pensar que se iban a tener que disfrazar enteros ya que no sólo estaban los gorros sino también el abrigo rojo, los pantalones, las botas y ¡hasta la barba blanca!. Todo el uniforme de ese gordinflón de nariz roja.

- Yo es que soy más de los Reyes Magos ¿sabes? - se intentó escabullir Emmerick.
- Los Reyes Magos son Drake, Serean y Asaia así que vosotros sois mis Papas Noeles - explicó Marta.
- ¿Y no puedo ser un reno? Ya para terminar con la humillación, digo - se quejó Kraze.

Tanto Hades como Marta le fulminaron con la mirada y el chico se achantó.

- Pero no te quejes, hombre que esto es divertido - dijo Gorka mientras se ceñía la barba blanca de pega. - ¿Me queda bien? - preguntó con una sonrisa. - Jojojo ¡Feliz Navidad!


2 horas y muchas discusiones después


Cinco Papas Noeles y una Mamá Noel se colocan frente al vacío de la habitación con un guión prediseñado.

- Como todos los años - comenzó Hades.
- Lo importante de estas fiestas - continuó Kraze.
- Es pasarlas con aquellos a quienes queremos - siguió Gorka con una nariz de Rudolf luminosa.
- Por eso nosotros queremos desearos - refunfuñó Emmerick.
- Una feliz Navidad - sonrió Halo con apariencia angelical.
- Porque os quiero muchísimo - terminó Marta.

¡FELIZ NAVIDAD A TODOS!