Mítico, clásico, típico... (8)

Era cuestión de tiempo que lo nombrara en esta sección, era cuestión de tiempo que la saga que ha sacudido el corazón de millones de personas a lo ancho y largo del mundo saliera a colación en algún momento y la entrega número ocho de mi Mítico, clásico, típico... ha sido el momento escogido para ello.

Porque sí, porque el cuerpo me lo pidió.

Recuerdo aquel verano de 2006, ese día de julio que no tenía nada mejor que hacer que darme una vuelta por mi barrio y visitar las librerías de referencia, desde la de mi barrio que es la fuente inagotable de tesoros recomendados por una simpática inglesa hasta la que era la enorme Crisol que hoy en día ha desaparecido.

Estaba paseándome por las novedades de DVDs porque me encanta tenerlos cuando me pregunté si tendrían bolis de esos que me gustaban tanto, los divertidos de kukuxumuxu. Estaba en la parte de papelería cuando me fijé en un estante de la parte de literatura juvenil que no parecía tener mucho que ver con el resto.

Me acerqué con curiosidad a ese estante rojo y negro que estaba al lado de los cuentos infantiles y cogí ese libro con aquella portada tan extraña. ¿Una manzana? ¿Esto qué es? Le di la vuelta y encontré mi respuesta.



La sinopsis tan breve y extraña me cautivó, yo no era muy dada a leer novelas en las que el amor fuera el centro, periferia y suburbios de la historia y ahora la mayoría de las novelas que leo rara vez no tienen esa historia de amor entre sus ingredientes.

Volvamos al pasado que me voy por los Cerros de Úbeda...

El caso es que en ese momento no tenía dinero suficiente así que me pegué una carrera considerable desde el Crisol hasta mi casa y luego de vuelta a encontrar el estante rojo y negro y por fin pude comprármelo.

Ese fue el principio de algo muy especial, cuando me sumergí en su historia tenía la imagen del vampiro muy formada, había leído novelas, visto series y películas, documentales pero nada como esto, la visión de alguien que no tenía ni pajolera idea del vampiro tradicional y que la recreó.

Mucha gente no está de acuerdo con la visión de Stephenie Meyer del vampiro ¿qué es eso de salir a la luz del día? ¿qué es eso de ser bueno? ¿qué es eso de BRILLAR? (esta última suele ser la más frecuente) y yo les digo que piensen en los vampiros de Meyer como una criatura distinta que usa el mismo nombre.

Desde entonces me convertí en una chica que se lo recomendaba a todo el mundo, sólo ha habido una ocasión en la que no logré que gustara y fue por la total inexistencia de acción durante gran parte del libro. Tengo que aclarar que siempre recomendé Crepúsculo porque Luna Nueva a mí me desencantó bastante, hizo que, incluso, odiara al personaje de Bella con todas mis fuerzas tras la marcha de Edward, eso fue un paso atrás para el feminismo (es una frase que digo mucho cuando hablo de este libro... jaja).

Yo soy muy consciente de que si tengo que escoger entre Drácula, Angel, Spike, Edward o James... me quedo con Angel... pero vamos, eso seguro pero no descuento importancia a este libro que la gente ya ha convertido en todo un clásico de la literatura infantil y juvenil y me da igual que los críticos literarios digan que es un bodrio porque para mí, ya es mítico, clásico y típico...