Besos de sangre

Título: Besos de sangre primera parte de una serie titulada Night Huntress.

Autora: Jeaniene Frost.

Puntuación total: 5/5

Calidad externa: 4/5
Personajes: 5/5
Amor: 5/5
Narración: 4/5
Argumento: 5/5
Diálogo: 5/5

Si Buffy y Angel tuvieran una hija, probablemente sería como Cat Crawfield, una cazadora de vampiros con un poco de sangre vampírica y mucha personalidad.

Cat se ha propuesto librar al mundo de las tenebrosas criaturas de la noche. Pero cuando es capturada por Bones, descubre que el maestro de vampiros, tan temible como sexy, tiene unas cuantas cosas que enseñarle.

Convertirse en compañera de uno de "ellos" no estaba en los planes de Cat, pero ahora que als apuestas se han redoblado deberá enfrentar junto a él la más difícil de las batallas.

Vale, sobre la sinopsis que tenéis aquí arriba, quiero corregir una cosa. Mientras leía tenía algo muy claro. Si Buffy y Angel tuvieran una hija, ella no sería Cat Crawfield. Ella sería, indudablemente, la hija de Buffy y Spike porque es todo nervio y ganas de machacar a cualquiera que se cruce en su camino. Snif… Spike estaría orgulloso de su niña…

Cat y Bones, Bones y Cat. Toda la novela gira en torno a esta pareja. ¡Y qué pareja!

Besos de sangre es una novela que se lee en un suspiro, que se devora con la misma ansia con la que los vampiros devoran a su presa.

Con este libro volví a encontrarme con unos vampiros a los que pude reconocer perfectamente, esos vampiros jocosos, esos vampiros vacilones y a los que la sangre les pierde. Esos vampiros que TANTO me gustan porque les he disfrutado incontables veces.

Hay una chica en la barra de un bar de mala muerte. Está sola. Su cabello pelirrojo atrae las miradas y su piel desprende un aroma delicioso, casi tanto como su sangre. Parece deseosa de tener compañía y no pasa mucho rato antes de que alguien se le acerque a ofrecerle una copa y… poco después… ambos abandonan el local. Esta salida sólo tiene un final: él con el pecho atravesado por un arma blanca.

Ella es Cat y es una asesina de vampiros que va por libre.

Cat odia a los vampiros porque su madre le ha transmitido este odio. Piensa que todos los vampiros merecen el peor de los tormentos simplemente porque son vampiros pero eso es porque nunca se le ha pasado por la cabeza hablar con uno hasta que su vendetta contra todos los chupasangres la obliga a toparse con un vampiro más viejo de los que ella ha tratado, más listo y más malhablado de lo que se pueda imaginar.

Él es Bones, un vampiro muy curtido que encuentra en Cat un eslabón claramente perdido a la que no dudará en utilizar aún a riesgo de unas cuantas peleas que son el alma de la novela porque esta chica no es ninguna desvalida torpona: Cat se arma hasta los dientes (por no decir otra parte del cuerpo muy personal) y mata antes de preguntar.

Jeaniene Frost utiliza un lenguaje propio de la calle, sus vampiros y su protagonista sueltan tacos a tutiplén y no se andan con tonterías: pasan directamente al grano. Cuando empecé a leer esta novela ya sabía que la historia que me esperaba me iba a gustar pero aún me acuerdo de lo roja que me ponía en algunas escenas subidas de tono al leer en el metro.

Si buscáis una historia casta y pura, esta no es vuestra novela; si buscáis a un chico maravilloso que resolverá todos los problemas de la chica, os habéis equivocado en vuestra elección, pero si por el contrario queréis un amor desenfrenado, unas peleas vertiginosas, una historia sencilla y llena de acción, habéis hecho bien en elegir Besos de Sangre.

Ojalá salga pronto la segunda parte aquí en España…