Hace unos días recibí la invitación de Punto de Lectura y Alevosía para asistir a un encuentro de blogueros con la escritora Annabel Pitcher de la que sólo había escuchado maravillas. Como el evento era el mismo día 8 de mayo que terminaba yo mis exámenes de la universidad acepté encantada ¿qué mejor forma de empezar un merecido descanso que con una escritora?
El evento se realizó en la Casa del Lector, un centro cultural que intenta favorecer el encuentro entre lectores y profesionales del sector por medio de presentaciones, conferencias, talleres, conciertos y muchas otras propuestas de las que soy consciente desde hace poco, pero ahora me mantendré al tanto porque me pareció muy interesante. El recinto en el que se encuentra es Matadero de Madrid, un centro creativo contemporáneo que intenta englobar todas las artes para atraer al público general por medio de propuestas de todo tipo.
Cuando llegó la escritora, sentí un flechazo. Annabel Pitcher me pareció verdaderamente encantadora y al hablar de sus obras (dos por el momento), lo hizo con una ternura que me encandiló completamente. Si cuando leía reseñas de sus obras me sentía tentada por leerlas, ahora estoy deseando leer Nubes de kétchup. Ésta fue la razón de su venida a España, ya que Alevosía, un sello relativamente reciente de la editorial Siruela, la sacó a la venta con una edición verdaderamente preciosa.
Sinopsis: Zoe es una chica inglesa de quince años que oculta un terrible secreto. Llena de angustia pero también con una buena dosis de humor, Zoe comenzará a escribir cartas a Stuart Harris, un asesino encerrado en el corredor de la muerte de una prisión de Texas. Piensa que solo alguien así, marcado al igual que ella por el secreto, la mentira y el asesinato, va a poder comprenderla…
Bolígrafo en mano, Zoe respira profundamente y comienza su relato de amor y traición.
Esta historia, según nos contó Annabel Pitcher, es una novela sobre el amor y el sentimiento de culpa, dos de los sentimientos más fuertes que puede sentir una persona. Nos confesó que le había sido más difícil escribirla que su publicación previa ya que, con Nubes de kétchup, sentía la presión de las fechas de entrega con la editorial. Su primera novela, Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea, trata el tema de la pérdida y de la búsqueda de la identidad, además nos reveló que le había sido más sencillo encontrar la voz de Jamie, el niño de diez años que narra esa historia.
Ambas historias tienen en común el narrador joven y el ser presa de unos sentimientos que a su edad no debería experimentar. Se habló mucho de la capacidad de Annabel para hacer que el tono humorístico de los narradores compensara la gravedad de los sucesos, la autora dijo que de no ser así, sus libros serían muy deprimentes y ella quiere entretener por medio de sus palabras.
Otro tema del que se trató bastante fue el hecho de que Nubes de kétchup estuviera narrado en forma epistolar y descubrimos que no siempre había sido así. Ella sentía que la historia de Zoe estaba incompleta porque el personaje debía confesarse con alguien por los sucesos que sacudían su vida. En un primer momento pensó en alguien religioso, como el Papa, pero inmediatamente supo que si debía confesar algo tan doloroso, lo haría con alguien malo que supiera lo que era sentirse como ella así que se le ocurrió el personaje de Stuart Harris.
Antes de ir terminando quería comentaros que hablaron de la importancia que Annabel Pitcher le da a la familia, en concreto a la relación entre hermanos que considera como un apoyo constante fundamental. Muchos de mis compañeros blogueros manifestaron el cariño que le habían tomado a Dot, la hermana de la protagonista, incluso preguntaron si la autora consideraba la idea de escribir una novela desde su punto de vista pero Annabel nos dijo que siempre que escribía prefería comenzar algo completamente nuevo.
Después de este encantador encuentro tuvimos la oportunidad de asistir a la presentación del libro que fue oficiada por Javier Ruescas (cuya sexta novela ha salido hoy a la venta, por cierto). Lo cierto es que tanto la intervención de Javier como las preguntas que realizó (al igual que el público) me causaron tan buena impresión que sentí ganas instantáneas de leer Nubes de kétchup así que ya sabéis, dentro de poco tendréis la reseña por aquí.
Ya para terminar, si sois seguidores de la encantadora Annabel Pitcher, tenéis que saber que pretende terminar su tercera novela este verano así que iros preparando para las noticias que parecen acercarse.
Agradecimientos a Punto de lectura, Alevosía y Casa del Lector. Las fotos fueron realizadas por Cristina Rodríguez García.
El evento se realizó en la Casa del Lector, un centro cultural que intenta favorecer el encuentro entre lectores y profesionales del sector por medio de presentaciones, conferencias, talleres, conciertos y muchas otras propuestas de las que soy consciente desde hace poco, pero ahora me mantendré al tanto porque me pareció muy interesante. El recinto en el que se encuentra es Matadero de Madrid, un centro creativo contemporáneo que intenta englobar todas las artes para atraer al público general por medio de propuestas de todo tipo.
Cuando llegó la escritora, sentí un flechazo. Annabel Pitcher me pareció verdaderamente encantadora y al hablar de sus obras (dos por el momento), lo hizo con una ternura que me encandiló completamente. Si cuando leía reseñas de sus obras me sentía tentada por leerlas, ahora estoy deseando leer Nubes de kétchup. Ésta fue la razón de su venida a España, ya que Alevosía, un sello relativamente reciente de la editorial Siruela, la sacó a la venta con una edición verdaderamente preciosa.
Sinopsis: Zoe es una chica inglesa de quince años que oculta un terrible secreto. Llena de angustia pero también con una buena dosis de humor, Zoe comenzará a escribir cartas a Stuart Harris, un asesino encerrado en el corredor de la muerte de una prisión de Texas. Piensa que solo alguien así, marcado al igual que ella por el secreto, la mentira y el asesinato, va a poder comprenderla…
Bolígrafo en mano, Zoe respira profundamente y comienza su relato de amor y traición.
Esta historia, según nos contó Annabel Pitcher, es una novela sobre el amor y el sentimiento de culpa, dos de los sentimientos más fuertes que puede sentir una persona. Nos confesó que le había sido más difícil escribirla que su publicación previa ya que, con Nubes de kétchup, sentía la presión de las fechas de entrega con la editorial. Su primera novela, Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea, trata el tema de la pérdida y de la búsqueda de la identidad, además nos reveló que le había sido más sencillo encontrar la voz de Jamie, el niño de diez años que narra esa historia.
Ambas historias tienen en común el narrador joven y el ser presa de unos sentimientos que a su edad no debería experimentar. Se habló mucho de la capacidad de Annabel para hacer que el tono humorístico de los narradores compensara la gravedad de los sucesos, la autora dijo que de no ser así, sus libros serían muy deprimentes y ella quiere entretener por medio de sus palabras.
Otro tema del que se trató bastante fue el hecho de que Nubes de kétchup estuviera narrado en forma epistolar y descubrimos que no siempre había sido así. Ella sentía que la historia de Zoe estaba incompleta porque el personaje debía confesarse con alguien por los sucesos que sacudían su vida. En un primer momento pensó en alguien religioso, como el Papa, pero inmediatamente supo que si debía confesar algo tan doloroso, lo haría con alguien malo que supiera lo que era sentirse como ella así que se le ocurrió el personaje de Stuart Harris.
Antes de ir terminando quería comentaros que hablaron de la importancia que Annabel Pitcher le da a la familia, en concreto a la relación entre hermanos que considera como un apoyo constante fundamental. Muchos de mis compañeros blogueros manifestaron el cariño que le habían tomado a Dot, la hermana de la protagonista, incluso preguntaron si la autora consideraba la idea de escribir una novela desde su punto de vista pero Annabel nos dijo que siempre que escribía prefería comenzar algo completamente nuevo.
Después de este encantador encuentro tuvimos la oportunidad de asistir a la presentación del libro que fue oficiada por Javier Ruescas (cuya sexta novela ha salido hoy a la venta, por cierto). Lo cierto es que tanto la intervención de Javier como las preguntas que realizó (al igual que el público) me causaron tan buena impresión que sentí ganas instantáneas de leer Nubes de kétchup así que ya sabéis, dentro de poco tendréis la reseña por aquí.
Ya para terminar, si sois seguidores de la encantadora Annabel Pitcher, tenéis que saber que pretende terminar su tercera novela este verano así que iros preparando para las noticias que parecen acercarse.
Agradecimientos a Punto de lectura, Alevosía y Casa del Lector. Las fotos fueron realizadas por Cristina Rodríguez García.
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