Título: Te daría el mundo
Autora: Jandy Nelson
Editorial: Alfaguara
Palabras clave sobre el género: Juvenil, realista, romántica, familia
Puntuación total: 4/5
Edición: 2'5/5
Narración: 4/5
Diálogos: 4/5
Personajes: 4/5
Relaciones: 4/5
Autora: Jandy Nelson
Editorial: Alfaguara
Palabras clave sobre el género: Juvenil, realista, romántica, familia
Puntuación total: 4/5
Edición: 2'5/5
Narración: 4/5
Diálogos: 4/5
Personajes: 4/5
Relaciones: 4/5
Había escuchado todo tipo de opiniones sobre esta novela, incluso me habían dicho que se podía cortar una parte por lo poco interesante que era. La portada en sí no me llamaba la atención pero me sentía muy atraída al saber qué estaba narrada por dos hermanos mellizos en distintos tiempos.
Después de haber pensado cómo explicaros el funcionamiento de la novela, me he dado cuenta de que la misma sinopsis lo hacía perfectamente: «Los primeros años de esta historia los cuenta Noah; los últimos, Jude. Lo que ninguno comprende es que solo conocen la mitad de la historia y que, si pudieran compartirla, tendrían una oportunidad real de regalarse el mundo de nuevo».
El Noah al que conocemos es un artista de pies a cabeza, pinta porque respira y respira porque pinta. Es algo completamente inherente en él pero no es lo único. Tampoco podría ser él y no sentir esa incapacidad para hablar con su nuevo vecino que le deja completamente alelado. Brian será un misterio y todo un desafío para nuestro protagonista, algo con lo que no contaba y al que no podía siquiera imaginar. La motivación de Noah es entrar en la EAC y conseguir ser el orgullo y ojo derecho de su madre, a quien considera poco más que un ángel. Su hermana es todo lo contrario a él, está más centrada en hacer que su vida social sea envidiable. Es la que salta desde los acantilados y quien sorprende a los chicos surfeando mejor que ellos. Ambos tienen un equilibrio casi mágico, son de los que se terminan las frases y saben lo que el otro está pensando.
Tres años después, una Jude muy cambiada toma el testigo de la narración para contarnos cómo es su vida después de una desgraciada cadena de acontecimientos. Noah y ella han cambiado los papeles. Ella es extravagante, lleva una cebolla en el bolsillo, consulta continuamente al Oráculo para saber de raras enfermedades, tiene un boicot contra los chicos y sus piezas de arte estallan debido a que su madre está enfadada por algo que hizo. Por el contrario Noah ya no es el inadaptado adorable que conocimos: ya no pinta, no dice cosas extrañas que sacan de quicio a su hermana y parece empeñado en tirarse desde acantilados. Ninguno de ellos es capaz de imaginar lo que el otro está pensando.
Si en el pasado la trama principal es la de Noah descubriéndose a sí mismo, en el presente tenemos a Jude tratando de dar explicación a lo que no es capaz de comprender. Ambos caminos les llevarán a conocer a personajes que dejarán una impronta en las personas que acabarán siendo. Lo cierto es que los acontecimientos son ligeramente predecibles, pero la narración y lo chispeantes que son los personajes lo compensan con creces.
Para esta novela es realmente fundamental la fuerza de los personajes, los demonios interiores ya que todos tienen alguno y acaban por mostrarse abiertamente. Brian es quien abre la veda en los sentimientos de Noah, quien le hará cuestionarse lo importante que es ser fiel a uno mismo y también lo sencillo que es convertirse en la peor versión de uno mismo. Oscar es una sorpresa tras otra: dulce, divertido y descarado.
Jandy Nelson me dejó sorprendida con esta novela, no solo porque los personajes me parecieron sublimes, sino porque su forma innovadora de contar la historia me pareció la más indicada. De haberla contado cronológicamente, se hubiera perdido gran parte de la fuerza en los acontecimientos y, de haber tenido una sola voz, se hubiera quedado coja en muchas ocasiones. Además que ambas tramas me parecen potentes e interesantes por igual para el lector. Aunque puedas preferir personalmente a uno de los hermanos, los dos se hacen fundamentales en cada momento narrado. El libro no sería igual sin los títulos de los cuadros mentales de Noah o sin las notas de la Biblia de la abuela Sweetwine. Todo ello enriquece el texto de una forma original que lo hace más real.
Te daría el mundo es una historia de amor, tanto romántico como filial; de superación personal, y con un ligero tinte de misterio. Atrévete a conocer tanto a Noah como a Jude, que te harán reír, emocionarte y llorar.
Cita:
Después de haber pensado cómo explicaros el funcionamiento de la novela, me he dado cuenta de que la misma sinopsis lo hacía perfectamente: «Los primeros años de esta historia los cuenta Noah; los últimos, Jude. Lo que ninguno comprende es que solo conocen la mitad de la historia y que, si pudieran compartirla, tendrían una oportunidad real de regalarse el mundo de nuevo».
El Noah al que conocemos es un artista de pies a cabeza, pinta porque respira y respira porque pinta. Es algo completamente inherente en él pero no es lo único. Tampoco podría ser él y no sentir esa incapacidad para hablar con su nuevo vecino que le deja completamente alelado. Brian será un misterio y todo un desafío para nuestro protagonista, algo con lo que no contaba y al que no podía siquiera imaginar. La motivación de Noah es entrar en la EAC y conseguir ser el orgullo y ojo derecho de su madre, a quien considera poco más que un ángel. Su hermana es todo lo contrario a él, está más centrada en hacer que su vida social sea envidiable. Es la que salta desde los acantilados y quien sorprende a los chicos surfeando mejor que ellos. Ambos tienen un equilibrio casi mágico, son de los que se terminan las frases y saben lo que el otro está pensando.
Tres años después, una Jude muy cambiada toma el testigo de la narración para contarnos cómo es su vida después de una desgraciada cadena de acontecimientos. Noah y ella han cambiado los papeles. Ella es extravagante, lleva una cebolla en el bolsillo, consulta continuamente al Oráculo para saber de raras enfermedades, tiene un boicot contra los chicos y sus piezas de arte estallan debido a que su madre está enfadada por algo que hizo. Por el contrario Noah ya no es el inadaptado adorable que conocimos: ya no pinta, no dice cosas extrañas que sacan de quicio a su hermana y parece empeñado en tirarse desde acantilados. Ninguno de ellos es capaz de imaginar lo que el otro está pensando.
Si en el pasado la trama principal es la de Noah descubriéndose a sí mismo, en el presente tenemos a Jude tratando de dar explicación a lo que no es capaz de comprender. Ambos caminos les llevarán a conocer a personajes que dejarán una impronta en las personas que acabarán siendo. Lo cierto es que los acontecimientos son ligeramente predecibles, pero la narración y lo chispeantes que son los personajes lo compensan con creces.
Para esta novela es realmente fundamental la fuerza de los personajes, los demonios interiores ya que todos tienen alguno y acaban por mostrarse abiertamente. Brian es quien abre la veda en los sentimientos de Noah, quien le hará cuestionarse lo importante que es ser fiel a uno mismo y también lo sencillo que es convertirse en la peor versión de uno mismo. Oscar es una sorpresa tras otra: dulce, divertido y descarado.
Jandy Nelson me dejó sorprendida con esta novela, no solo porque los personajes me parecieron sublimes, sino porque su forma innovadora de contar la historia me pareció la más indicada. De haberla contado cronológicamente, se hubiera perdido gran parte de la fuerza en los acontecimientos y, de haber tenido una sola voz, se hubiera quedado coja en muchas ocasiones. Además que ambas tramas me parecen potentes e interesantes por igual para el lector. Aunque puedas preferir personalmente a uno de los hermanos, los dos se hacen fundamentales en cada momento narrado. El libro no sería igual sin los títulos de los cuadros mentales de Noah o sin las notas de la Biblia de la abuela Sweetwine. Todo ello enriquece el texto de una forma original que lo hace más real.
Te daría el mundo es una historia de amor, tanto romántico como filial; de superación personal, y con un ligero tinte de misterio. Atrévete a conocer tanto a Noah como a Jude, que te harán reír, emocionarte y llorar.
Cita:
Intenta leerme el pensamiento, así que hecho las persianas. Las dejo caer de golpe, ella a un lado y yo al otro. Al lado de esto, las otras historias para no dormir son menudencias. Como la del año pasado, cuando le atizó un puñetazo en la cara a esa mole con patas llamada Michael Stein durante un partido de fútbol por llamarme retrasado solo porque me distraje mirando un hormiguero chulísimo.
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