- ¡Me escuchas! - exclamó al fijarse en las reacciones de la chica.
No podía creerse que alguien pudiera oírle, había perdido toda esperanza de comunicarse con alguien y ahora llegaba aquella chica que parecía la respuesta a todas sus plegarias.
Se dio cuenta de que nunca había experimentado tanta emoción desde que estaba muerto, la verdad era que tampoco recordaba cuándo había sido la última vez que había gritado de júbilo en vida pero no le importaba, en ese momento sólo tenía ojos para aquella desconocida.
- ¿Cómo te llamas? - preguntó deseoso de conocer su nombre.
Denisse escuchó de nuevo la voz y segundos después un grito jovial y feliz que provocó el erizamiento de los pelillos de sus brazos. Nuevamente la voz se puso otra vez en contacto con ella. La chica pensó que podrían ser sus amigos, gastántodole una broma muy pesada, pero había algo en su interior que le decía que no era eso.
Que aquel individuo que le preguntaba cómo se llamaba no era ninguno de sus amigos que se habían escondido detrás de alguna ventana para disfrutar del espectáculo.
- Denisse - pronunció sin darse cuenta.
No podía comprender por qué tenía aquellas ganas irrefrenables de ponerse en contacto con esa persona que debería darle un miedo atroz.
- Denisse... - repitió el chico a modo de eco. - Yo soy Darío.
Ella se detuvo claramente confusa.
- ¿Darío Blanche? - preguntó a media voz.
- Sí... ese era yo.
Sintió como el escalofrío la recorría de nuevo. Estaba hablando con el fantasma del heredero muerto de aquella vivienda. No comprendía como era capaz de mantener la calma y no salir corriendo de allí como si su vida dependiera de ello.
- Pero tú estás...
- Muerto, sí... - respondió cortante.
Le dolía hablar de su condición de espíritu porque significaba no poder hacer todo lo que hacía cuando estaba vivo aunque la muerte le hubiera dado muchas más libertades... se sentía solo y sin nada a lo que aferrarse.
- ¿Y tus padres? - preguntó Denisse dejándose guiar por un impulso.
- Fueron hacia la luz...
Denisse frunció el ceño, sorprendida.
- ¿La luz existe? - preguntó conmocionada.
- Eso me dijeron - susurró en voz muy bajita.
- ¿Y por qué no la sigues tú?
Se produjo un silencio incómodo que dejó la boca de la chica completamente seca al comprender lo que ocurría realmente.
- No la ves - adivinó Denisse.
1 comentario:
aaa! voi para la tercera !!!!;D
toda emocionada xd, esque me encantaa!♥ jeje
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