Soy Movimiento 2010 III: No estoy de acuerdo

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- No estoy de acuerdo – se escuchó al final de la clase.
Había sido apenas un murmulló lejano, un susurro que debería haber pasado inadvertido pero los veinticinco rostros de sus compañeros se volvieron hacia él y el profesor que estaba en la tarima alzó una ceja, impasible.
- ¿Cómo dice? – preguntó con voz casi burlona por aquella interrupción tan desafortunada.
- Que no estoy de acuerdo con lo que ha dicho – repetí.
- Ah… que no está de acuerdo con lo que he dicho. ¿Usted tiene un pensamiento más profundo que el que yo el presentado? – continuó hablando al tiempo que caminaba hacia mí levantando risitas a su alrededor.
El chico tragó saliva, estaba harto de las concepciones xenófobas y racistas de su profesor y se había propuesto demostrarle que su opinión no era la única que existía por mucho que él lo creyera.
- Creo que cada uno puede decir lo que cree pero no intentar que los demás piensen como él – comenzó con la voz trémula.
- ¿Qué quieres decir? ¿Qué no está bien que intente enseñaros el buen camino? – preguntó.
A cada paso que daba el profesor, el alumno rebelde se hundía más en la silla, deseando no haber abierto la boca en ningún momento.
- ¿Por qué cree que lo que nos cuenta es el buen camino? – preguntó a media voz.
- ¿Tiene una idea mejor que la mía?
- Yo no he dicho eso – se defendió el alumno. – Sólo propongo que haya más diversidad de opiniones, que se intente poner en el lugar de…
- ¿En el lugar de quiénes? No se puede ser otra persona que la que se es, señor respondón – replicó el profesor peligrosamente cerca.
Los ojos del alumno se iluminaron brevemente.
- Por eso mismo… - balbució.
- ¿Qué? – cortó el maestro.
- Pues que por eso mismo debe entender que si una persona nace distinta a usted, no puede cambiar por arte de magia.
- ¿Es que no atiendes en mis clases? – preguntó.
- Por desgracia, sí – musitó el alumno en voz muy baja y expresión huraña. – Quiero decir que usted sugirió (más bien dictaminó) que aquellos que piensan diferente a lo que según usted está bien, deben cambiar, dando igual las consecuencias.
- Exacto – los ojos del profesor refulgieron alegremente.
- Pues disculpe mi lenguaje pero lo que dice usted es una mierda, una mierda tan grave que debería ser estudiada por especialista porque con usted – el alumno sonrió casi maliciosamente – encontrarían un nuevo tipo intolerancia.